Carta a mi hijo en el día de su graduación
Mayo 27, 2011 por: David gonzález Escritor y Conferencista Inspiracional de Estados Unidos.
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Hola Hijo:Hoy siento la necesidad de expresarte cuanto te quiero y cuanto te admiro. Sé muy bien que el camino del adolescente es difícil de transitar. Lo sé porque lo he recorrido. También es difícil la labor de ser madre. He visto caer algunas estrellas del cielo, y quebrarse muchos bastones en los cuales uno confiaba, para poderse sostener.
Me equivoqué mucho en la vida y seguramente me habré equivocado muchas veces contigo, habrás sentido que no todas las veces fui justa o no me comporté como tú hubieses querido, pero daría no solo lo que tengo materialmente, sino hasta mi propia vida por ti.
Espero se te cumplan todos tus sueños, pues esos serán mis sueños, que logres todas tus metas porque serán las mías. Que haya otro día o muchos más para recibir reconocimientos y medallas.
Sé en esta vida lo que quieras ser, pues recuerda siempre que “El hombre es su medida” Si piensas en grande, serás grande y si grabas en tu mente “yo puedo” tú podrás. Nada es grande si no es bueno y nada es verdadero sino es permanente.
Hijo mío, tu no eres, ni cobarde ni irresponsable, por lo tanto la puerta que se te abre en esta etapa de tu vida te muestra el camino a tu destino. Depende de ti como lo transites, pero cada paso que des, que sea con una pisada fuerte y segura, con la plena confianza que estaré a tu lado siguiendo tus huellas y que esas huellas serán las que dejarás a los demás.
Aprende con ganas los buenos ejemplos ajenos, escucha a los demás con atención cuando se hable de sabiduría, dicha humana, generosidad, libertad, virtud, necesidad, pero siempre atento, porque como dice el refrán no todas las nubes llevan agua.
Hijo del alma, de más esta decirte que alabaré tus éxitos y sufriré si en algo fracasas, pero seré siempre cómplice en ambos casos, tanto en lo bueno como en lo malo seré tu madre incondicional. Tus responsabilidades serán mayores, por esa razón deberás reflexionar antes de actuar, deberás también medir la consecuencia de tus actos, aprenderás que se puede ser valiente sin arriesgar inútilmente la vida, que no serás menos hombre porque llores, que vale más la pena ganarse el respeto de un enemigo que la adulación de un amigo, que se puede ser justo sin ser implacable, discreto sin ser retraído y aprenderás que no estás solo en este mundo, que eres parte importantísima de mi y de tu familia, los que te apoyararemos incondicionalmente en todo y para siempre.
Podría seguir escribiendo ¿Pero que más podría decirte que ya no te haya dicho?
Seguiría enredándome en una madeja de palabras, terminaría repitiendo frases trilladas y omitiría otras estrujadas en mi corazón. Solo me resta pedirte que, aún cuando ya no tengas ganas de seguir adelante, y seas ese profesional que quieres ser, no dejes de abrazarme y mimarme como lo haces hoy.
Hijo, nunca está de más repetir: Te amo.
Mamá