Por:
David gonzález ™
Casi
siempre que escribo, no tengo ni que pensar lo que estoy haciendo. Simplemente
cierro los ojos me encomiendo a mi Padre; y mis manos, al igual que mis
pensamientos fluyen solos.
Muchas
veces me he preguntado: ¿quién es esa persona, que hay dentro de mí?, que sale
de vez en cuando y me deja pasmado al leer mis propias palabras.
Hoy
no encuentro a esa persona, hoy soy más consciente de lo que soy, y estoy
pensando y razonando cada palabra que escribo. No soy tan ágil e inteligente como
otras veces, pero sí muy claro (como siempre) en lo que estoy escribiendo ahora
mismo.
Es
mi cumpleaños. Y en fechas como estas; uno se plantea la vida, hace un repaso
del pasado, analiza su presente y se planifica el futuro.
Nada
de mi vida ha salido como yo lo había planificado, es más, nada, absolutamente
nada he planificado. Y eso no hace mi vida ni mejor ni peor, simplemente
diferente.
Lo
que está claro es que he vivido situaciones difíciles en los últimos años, (para
mi gusto no tan difíciles). No sabía que la vida podía ser tan difícil y llena
de tantos retos emocionantes durante tanto tiempo.
Sin
embargo, aunque nada es como lo había imaginado, mi vida ha estado siempre en
un mejoramiento continuo. Gracias a mi Padre Dios, he tenido mil veces todo,
para que las cosas fluyan de manera abundante, sin embargo, siempre pasa algo
que me devuelve a mi realidad de aprendizaje, crecimiento y cambio.
Lo
positivo de todo esto, es que, después de estas “rachas” (tan malas para
algunas personas), acabas aprendiendo a ver todo lo bueno que te rodea:
personas, clima, fe, amor etc.
Es
entonces cuando valoras la puesta de sol, pasear por la playa, una buena
conversación con amigos, un día de campo, una cena agradable, jugar con los
niños, el aire fresco de la mañana o de la tarde, la música, escribir, una
buena película, experimentar cualquier tipo de sensación que te transporte a tu
ser interno, a tu verdadera escencia, y que te haga huir de la rutina, salir de
tu código postal y de los “supuestos problemas”. Y piensas: qué más da todo, tu
vida no es como tú quieres, pero quizás el objetivo de ella es aprender,
crecer, cambiar, evolucionar,
experimentar y entonces es cuando todo mi planteamiento y perspectiva de
la vida cambia…...
Entonces…entonces…vuelvo
entonces a ser YO, a ser aquel niño que cuando apenas tenía consciencia de
nada, se lo planteaba todo. Mi existencia, la del resto, el universo, Dios,
todo, me llevaba días y días intentando encontrar alguna explicación al por qué
de todas las cosas que existían y de las que no existían y el motivo de por qué
tenía que haber algo.
Años
después estudiando filosofía en la Universidad Pontificia, aluciné viendo
planteamientos que se habían hecho filósofos durante toda la vida, y yo los
había tenido, siendo tan solo un niño.
¿Qué
pasó con esa lucidez que tenía yo? ¿A dónde fue parar ese niño inocente?
Después
de mi adolescencia, perdí todo mi potencial. Me perdí entre la amistad, amores
y mil cosas más que me rodeaban, renuncie a aquella parte que apenas nadie
entendía de mí, pero sin embargo era la parte que me alimentaba, era lo que fascinaba
a la gente
Supongo
que me hice a una vida más fácil y sencilla, dónde simplemente te acoges a la
ley de la supervivencia y a la “felicidad” más fácil, pero nunca pude llegar a
imaginar que sería tan corta. Descuidé mucho de mi vida buscando fuera, lo que
debía encontrar dentro de mí mismo.
Me
volqué en amistades absurdas, en amores falsos y en una realidad que en el
fondo no me satisfacía.
Pero
el destino quiso que el tiempo viera que ese camino no me llevaría a la
felicidad verdadera. Entonces comenzó “MI BUSQUEDA”. Nada de lo esperado me
llegaba, te desesperas, pierdes la fe, la esperanza, la estabilidad, te caes, y
contigo se caen casi todos tus ideales, llegas al punto de no creer en nada.
Entonces buscas alternativas. Comienzas a leer y a intentar encontrar gente que
sea diferente. Pero, para encontrar gente diferente, tú debes ser diferente. En
un momento de los más difíciles de mi vida, decido abrirme paso en la lectura
de Libros. Recuerdo mi primer libro que en 1994 leí: “Como ganar amigos e
influir sobre las personas” de Dale Carnegie. Hoy 2013, he leído más de 2500
libros de autoayuda.
Tenía
entonces, una triste perspectiva de vida, pero decidí intentar sacar toda mi
furia, mi coraje, mi casta, mi apellido. La desesperación invadía mi vida, me
estaba matando por dentro; ya había tenido un intento de suicidio y no podía más…esta
situación me estaba orillando a conseguir dos cosas:
*Aliviarme
y desahogarme…
*Aprender
de mi pasado, crecer en mil cosas, pero sobretodo cambiar mi forma de pensar.
Pero
lo que yo no contaba era con un hecho que me sorprendió y cambiaria drásticamente
mi filosofía de la vida: encontrar a personas como yo a través de la lectura.
Si
comencé a leer fue para superar aún más miedos, para saber que si leía me
tendría que hacer más fuerte. Y así fue. Comencé a aprender de todo aquello que
leía, a pensar, a encontrarle lógica a muchas cosas, pero siempre seguía con la
sensación muchas veces de no solo leer, sino también hacer algo por mí y los
demás.
Para
mí la lectura es algo increíble. Y cuando
buscas oro y lo encuentras, te das cuenta que merece tanto la pena tantas
situaciones difíciles. Eso ha hecho que comparta mis conocimientos y
sentimientos con tantas personas alrededor del mundo entero, haciendo que saque
yo lo mejor de mí y propulsándome hacia un pensamiento más evolutivo, y porque
no, hacia un verdadero salto cuántico.
Por
eso, ante todo esto vivido. Veo dos partes muy diferenciadas de mi vida.
-
Mi vida más física, común y corriente se ha chocado una y mil veces con muchos
obstáculos. (Dos parálisis, neumonía, anemia y hasta leucemia)
-
Mi evolución como persona ha experimentado un gran paso en estos últimos años difíciles.
Es una sensación de entrega, pasión, humildad, entusiasmo, fe; pero sobre todo
amor por la vida misma.
Entonces
pienso. Si hubiera tenido una vida más fácil, está claro que no sería esta
persona que soy ahora, posiblemente no
hubieran salido de mi corazón tantas palabras de aliento e inspiración, no
habría vivido en carne propia tanto dolor y amor a la vez. El ver lo muy malo,
me ha hecho valorar más que nunca, lo muy bueno.
Se
trata de causa y efecto. ¿Podría haber llegado a estas conclusiones, sin las
vivencias de mis experiencias? Posiblemente no.
Entonces
debo dar las gracias a mi padre Dios, por tantos sinsabores, por la tristeza profunda…porque
me ha hecho disfrutar de momentos tan sumamente increíbles, de personas que
viviendo a miles de millas de distancia pueden escuchar el latir de mi corazón,
a través de lo que pienso, escribo y digo.
Por
qué si mi objetivo en la realidad en un principio no era conseguir la
felicidad, sino buscar respuestas, que mejor vida, que la de tener una
evolución consciente, donde he logrado encontrar todas las respuestas a las
preguntas y al mismo tiempo encontrarme cara a cara con la felicidad verdadera.
Quizás
ese niño dejó de existir, porque la teoría de la escuela jamás le iba a dar, algo que solo podría
aprender por la experiencia, aunque simplemente ojalá, aprender, no hubiera
sido tan duro.
Muchas
gracias, a todos mis familiares y amigos que se toman un poco de tiempo para leerme
o escucharme siempre con atención y amor.
Cuarenta
y cinco años han pasado desde que llegara al mundo un día de primavera, (5 de
mayo de 1968) precisamente en el clímax de las celebraciones de la batalla de
Puebla, Desde entonces ha transcurrido mi vida con muy pocas penas (para mi) y
muchas alegrías y al ver la vida de otros me doy cuenta que soy un hombre muy afortunado.
La
vida me ha enseñado que no es más rico aquel que tiene más si no el que
necesita menos.
Mi
tesoro son mis libros.
Mi
diamante más fino, mi madre, mi motor, mi fuerza, mi todo.
Mi
oro, mis hermanos, mis tíos, primos, familiares, cercanos, lejanos, sanguíneos políticos.
etc.
Mi
plata, los que me critican, los que han sido mis verdugos, los que nunca han creído
en mí.
Mi
corona, (porque soy un rey: El Rey David) son todos aquellos que creen en mí,
los que me leen, me escuchan, me siguen en las redes sociales, los que se suman
y me duplican; también son mis amigos. Allí donde me refugio de vez en cuando,
al resultar el día cansado. Lo demás es secundario.
Como
todo el mundo, he tenido malos momentos, mas no me quejo, y aunque no los añoro
entiendo que son necesarios para hacerme cada día un mejor ser humano.
Si
hay que llorar, lloro y ya. Y si hay que reír pues rio hasta que me duelan las
quijadas. Así es la vida, los polos opuestos se necesitan. La noche existe
porque existe el día. La felicidad existe porque existen las situaciones
difíciles.
Con
tristeza he podido ver, como algunas personas se fuerzan muchas veces hasta el
ridículo por aparentar una perfección que solamente se tragan aquellos incautos
que aún creen que la tierra es plana. ¡¡¡NO!!! No se vale vivir en las
apariencias y la hipocresía.
No…
no es así, no existe nadie completamente bueno, quizás su existencia sería muy
insípida y aburrida. Tampoco creo que exista alguien completamente malo, sería
demasiado triste. Entiendo que debe existir un balance; es en el equilibrio
donde se encuentra el orden de las cosas el universo mismo se mantiene gracias
al equilibrio de las fuerzas contrarias que siempre buscan una resultante de
belleza.
Las
personas somos más bien como una manzana, que está medio podrida (algunas más
que otras) ¿pero quién se come lo podrido y tira lo bueno? ¿No es más bien al
revés?
Al
ser los hombres un cúmulo de virtudes y defectos y sabiendo que nosotros mismos
cargamos con igual equipaje lo correcto sería no idealizar a nadie mucho menos a
nosotros mismos.
Comprendámonos,
tomemos las cosas buenas y toleremos las malas y si nos resulta difícil, alejémonos
de lo que nos lastima, pero siempre con respeto.
En
escencia todos somos iguales, creados a imagen y semejanza de Dios como
avatares perfectos donde la divinidad bucea en el inmenso mar de la
imperfección.
¿Qué
a mis 45 años estoy a media vida? Quien sabe tal vez sea menos, quizás sea más…
eso sólo lo sabe Dios, el padre, el maestro, el arquitecto, el Ser superior.
Aunque Hoy cumplo 45…esos son los que ya no tengo…son los que ya pasaron, los
que ya se fueron…pero me quedan 65…son los que en realidad tengo, 65 años, si
porque mi meta es vivir 110. Si a mi meta de 110 años le quitamos los 45 años
que hoy cumplo, que ya no tengo; son exactamente 65 los que sí tengo. (Medio
complicado, pero es mi realidad)
Creo
que El hombre debe ser de mente abierta, enemigo total del fanatismo y el
apego, bondadoso, de palabra, orgulloso pero no arrogante; es decir: nunca te
dejes humillar por nadie; pero tampoco, humilles a nadie.
Se
humilde en tus acciones, sencillo con tus semejantes, orgulloso en la dignidad
de tu origen. Se entusiasta y apasionado, sé un hombre de fe y amor
incondicional.
Nunca
calles ante la injusticia, pero nunca grites para ofender, la fuerza de tu voz
debe provenir de tus ideas, pero sobretodo de tu corazón.
Nunca
te des por vencido ni aún vencido, disfruta la vida y aprende a perdonar.
Esta
ha sido una reflexión, sobre lo que la vida me ha enseñado hasta hoy, sobre “MI BUSQUEDA”, sobre mi escencia, sobre
mi yo verdadero, sobre mi agradecimiento por estos 45 años que ya no tengo, una
reflexión sobre la universidad de la vida que muchas veces me ha enseñado con cincel y martillo. “La vida es una maestra
tan estricta, que enseña con el dolor y a veces hasta con la muerte”
Muchas
bendiciones para todos.
Esta historia… que
soy YO…continuará…
David gonzález ™
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